La participación y conexión de los socios reduce riesgos (1/2)

Los clubs sociales de cannabis (CSC) son espacios comunitarios donde se puede promover un consumo responsable con un fuerte enfoque en el bienestar social y emocional de los miembros. Estas entidades no sólo ofrecen acceso al cannabis, sino también pueden ser lugares de apoyo mutuo y educación donde se comparten experiencias y se reducen los riesgos asociados al consumo. Los miembros, a través de la participación activa, contribuyen a la cultura propia de cada club. A pesar de la falta de estudios científicos amplios, las investigaciones existentes sugieren que los CSC pueden ser una herramienta efectiva para mejorar la salud mental y física de los usuarios.
Un aspecto central de los clubs sociales de cannabis (CSC) -como el nombre claramente indica- es el enfoque comunitario. Los CSC no son meros puntos de suministro de cannabis, sino espacios donde las relaciones entre iguales y la construcción de comunidad tienen un papel esencial.
Cada asociación es un reflejo de las personas que la constituyen. La motivación y los objetivos del grupo que impulsa y se responsabiliza del día a día de la entidad impregnan el ambiente, las dinámicas, los discursos y las conversaciones que tienen lugar en cada uno de los más de 450 CSC que hay en toda Cataluña.
Es importante señalar que los miembros de las asociaciones cannábicas son los verdaderos protagonistas de la historia. Ellos y ellas dan vida al espacio físico del CSC, la sede social y, en cierta medida, validan y avalan el servicio y el trato que reciben por parte de las personas responsables y trabajadoras de la entidad. Detrás de las puertas de cada CSC hay multitud de vivencias, aprendizajes, experiencias, aciertos y fracasos; de hecho, como pasa a cualquier otra entidad. Este mosaico de relatos está constituido de una riqueza social y cultural nada despreciable. La cultura cannábica es algo local y global al mismo tiempo, como una fuente que brota: hay un diálogo y retroalimentación constantes.
La cultura, entendida como el conjunto de valores, prácticas y relaciones humanas que conforman una comunidad, tiene un papel esencial en la salud mental y emocional de los individuos. La pertenencia a una comunidad favorece la conexión social, reduce el aislamiento y genera espacios de apoyo mutuo. La teoría de educación entre iguales es un enfoque pedagógico que fomenta el intercambio de conocimientos y experiencias entre personas con roles o situaciones similares, creando así un aprendizaje bidireccional. En el modelo de los clubs sociales de cannabis (CSC), esta teoría se traduce en la participación a las asambleas y en la transmisión formal e informal de información sobre el uso responsable del cannabis y la reducción de riesgos entre los mismos socios. Esta dinámica refuerza la fortaleza individual y colectiva y favorece que la comunidad esté bien informada.
En el contexto de los CSC, la dimensión sociocultural se manifiesta en la interacción diaria entre socios y socias, en las conversaciones informales y en el intercambio de experiencias en torno al cannabis. Eso no sólo fortalece los vínculos entre miembros, sino que también promueve un uso más responsable, basado en el aprendizaje colectivo. El diálogo constante entre iguales permite que las personas compartan información sobre los riesgos asociados al consumo, las formas de reducirlos y las maneras de integrar el consumo en sus vidas con menos dificultades.
Hoy en día son muy pocos los estudios científicos sobre el fenómeno de los CSC. No obstante, una de las investigadoras más destacadas en el campo de las políticas de drogas, la Vendula Belackova, publicó en el 2016 un interesante estudio cualitativo denominado "The moment you enter the door, you are minimising the risks" sobre cómo los CSC disminuyen los riesgos asociados al consumo, crean entornos seguros y fortalecen los vínculos sociales entre los miembros. En este estudio participaron un total de 94 socios y socias, en 14 grupos focales organizados en 4 regiones del Estado español: el País Vasco, Cataluña, las Islas Baleares y Galicia. A continuación se reproduce un cuadro-resumen de los principales elementos identificados en el estudio y las estrategias utilizadas por parte de los clubs que participaron para mitigarlos:
¿Te has detenido a pensar que tu CSC es mucho más que un lugar donde puedes acceder al cannabis? Imagínalo como una especie de oasis creativo, un espacio de encuentro donde las ideas pueden crecer tanto como las plantas. Participar es mucho más que interaccionar con el dispensario. Si te interesa saber más, ¡continúa leyendo la siguiente entrada del blog RdrCànnabis (2/2)!

